Alfa Karina Arrue
Mujer con Actitud
Alfa Karina
Atleta Montañista
Yo me apasioné por el montañismo en el 2013, siempre he tenido la característica de que si hago algo me gusta hacerlo, lo mejor que pueda, es así que comencé a conquistar todos los records en El Salvador y posteriormente las rutas más difíciles en toda Centroamérica. Luego me inicié en alta montaña, las cuales son consideradas dentro de esta categoría, aquellas que su cima alcanza una altura arriba de los 5 mil metros del nivel del mar, para esto, viajé a México donde hice una expedición al volcán Iztaccíhuatl. Se me hizo muy difícil lograrlo, porque a pesar que me había entrenado por seis meses, fue la primera vez que pude sentir en mi cuerpo los efectos de la gravedad y la falta de oxígeno. Recuerdo que cuando finalmente logré llegar a la cumbre pude experimentar una sensación muy espiritual, más que deportiva.
Sentí que volví a nacer, esa sensación tan maravillosa me hizo sentir que quería seguir conociendo de ese deporte.
Es así como me dediqué a investigar, compré literatura entre las cuales leia con emoción las grandes hazañas de increíbles montañistas, y decía ¡Wow! …Yo quiero algo así. Al enterarme que en El Salvador nadie había intentado escalar el Everest u otra montaña de 8 mil metros, traté de organizar un grupo para montar una expedición, pero fue un rechazo entre mis compañeros de deporte, que me hacían comentaros como por ejemplo: es muy caro, eso es imposible de lograrlo y nadie nos va apoyar, etc. Así que tomé la determinación de hacerlo yo sola, ahora que lo veo en perspectiva, lo analizo y creo que lo tomé como un sentido del deber, pues lo hice por mi país, ya que pensé que como es posible que El Salvador no tenga ese record, y llegué a un punto que me dije: “Si nadie más quiere hacerlo y yo me encuentro en ese camino es mi obligación intentarlo”.
Monte Everest
Las montañas siempre te dejan lecciones de vida, pero Everest definitivamente hay un antes y un después, dejas de ser la persona que eras cuando subes a la cumbre y bajas totalmente transformado, siendo una nueva persona, al estar tan cerca de la muerte y del peligro a tal grado de estar consciente en todo momento que cualquier error pudiera ser fatal. Te hace reflexionar muchísimo sobre todas las cosas importantes de la vida, te llegas a cuestionar si vale la pena lograr tu objetivo. En mi caso, subir una montaña siempre me ha dado una diferente perspectiva de vida, siempre he sentido un gran crecimiento al hacerlo, pero Everest te hace mucho más humilde y agradecido.
Llegar a la cumbre del Everest me tomó siete años y fue hasta un segundo intento que lo logré, la primera vez que lo intente fue en el 2021, ese año hubieron dos ciclones que me hicieron desistir.
De regreso a, el Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (INDES) decide apoyarme con los gastos para mi segunda expedición, también me pagaron unos entrenos y unas preparaciones que me ayudaron mucho en mi ascenso, los cuales valoré mucho en el momento que mi Sherpa (Guías originarios de Nepal) se enfermó y tuve que seguir sola mi camino a la cúspide.
Ahí fue donde me di cuenta lo importante de la preparación técnica respecto a todo lo que se refiere rescate y autonomía de montaña.
Durante mis siete años de entrenamiento he tenido una dieta balanceada, cero alcohol porque este hace que el musculo se dilate y tenga daños, cero de vida social, dormir bien y prácticamente aislamiento de mis hijos y mis papas quienes siempre me han apoyado, te comento que el sistema digestivo no puede procesar las carnes rojas a cierta altura por la falta de oxigeno, debes tomar en cuenta que a partir de los 5 mil metros a nivel del mar solo cuentas con el cincuenta por ciento de oxigeno, a los 6 mil metros solo cuentas con cuarenta por ciento.
Así que tu dieta debe variar según tu acenso. Algo que me gustaría destacar, es que los órganos de tu cuerpo deben estar en perfecta función, pues tu cuerpo sufre mucho en el ascenso, un día en Everest te gastas 10 mil calorías, el día de cumbre avanzamos veinticinco horas sin parar, me gaste 16 mil calorías.
Y pues por mucho que te alimentes es imposible recuperar tus calorías, así que el cuerpo se comienza a comer a sí mismo desgastando tus músculos, es por esto que cuando ya regresas debes tener una recuperación muy observada por los nutricionistas.
Al preguntarle como se ve el cielo desde la cumbre nos comenta: “La primera vez que vi el cielo, lloré de la emoción, de lo maravilloso que se ve, como no hay contaminación y alteración de la luz al estar tan alto; puedes contemplar la vía láctea, millones de estrellas a tu alrededor, puedes observar nebulosas sin la necesidad de un telescopio.